Huelga de 1954

Huelga de 1954 (Honduras).

¿Porque se produjo la huelga de mayo de 1954?

Habían transcurrido 55 años cuando los trabajadores de la Standard Fruit Company, decidimos en un número de 12,000 trabajadores irnos a la huelga: Primero, porque los trabajadores de la Tela Railroad Company estaban en huelga desde el 3 de mayo de 1954 en un número de casi diecisiete mil (17,000), de las cinco divisiones que integraban la empresa: La Lima, el Progreso, Batan, Tela y Puerto Cortés, lo que causó una gran expectación y motivación entre los trabajadores de todo el país, convirtiéndose en el acontecimiento más trascendental a nivel nacional, único en su género.
Segundo: Porque el día cinco (5) de mayo de ese año, llegaron cinco policías al taller de mecánica ubicado en la yarda de Mazzapán de la empresa Standard Fruit Company en La Ceiba, en un vehículo tipo jeep, buscando a un trabajador, al mecánico Froilán Davaví, porque tenían orden de llevárselo en calidad de preso. Los trabajadores del taller de mecánica se opusieron a que se lo llevaran, y los policías se enojaron y amenazaron con regresar con un número mayor de soldados. En ese instante los jóvenes trabajadores de la mecánica, Antonio Genizzote y Oscar Fúnez (QDDG) gritaron –“vámonos a la huelga, así como lo han hecho los trabajadores de la empresa bananera Tela Railroad Company, por lo que de inmediato empezaron a cerrar las puertas y ventanales de cortina corredizas del taller de mecánica.
Todos los trabajadores salimos por uno de los portones del sector sur de Mazapán, para ir a la sección de “Miramar” sector ganadero, en donde se ordeñaban las vacas que producían la leche. Alguien reflexionó, indicando que no se paralizara esa sección porque era necesaria la leche para la alimentación de los niños, e incluso para los trabajadores enfermos y los hospitalizados que laboraban en la empresa, esta dependencia no fue a la huelga. Regresamos al área de Mazapán, por el sector de la línea férrea para cerrar las bodegas de materiales, el edificio de mercaderías, la aceitera, la sección ferrocarrilera, el taller de reparación de carros y vagones del ferrocarril, la lavandería, el comisariato, el muelle, y las oficinas de contabilidad.

La huelga de 1954 en Honduras fue un movimiento obrero llevado a cabo en mayo de 1954, durando más de 69 días, periodo en el que se exigieron mejoras en las condiciones laborales de los trabajadores en Honduras, ya que, en la república de Honduras, no existía una ley, ni código que rigiera sobre el trabajo, el trabajador, etc. 12
Producto de estos esfuerzos los líderes gremiales y sindicales solicitaron mejoras tanto salariales, regulación de horas de trabajo, tiempo de vacaciones, seguridad, salud y una compensación para los despidos, remuneraciones, pensiones y jubilaciones.
Estando en la administración constitucional de la república, el doctor Ramón Villeda Morales en 1957, opto por priorizar tanto la emisión de una nueva Carta Magna Constitución de Honduras de 1957, la Constitución de Honduras de 1957en la que se prohíbe la reelección presidencial, declarando que la violación a esta norma daba derecho a la insurrección popular y estableció el voto directo, igualitario y secreto, se reconoció el derecho a la huelga y paro y se formó el Distrito Central con Tegucigalpa y Comayagüela y se establecieron: la Junta Nacional de Bienestar Social, Instituto Nacional de la Vivienda, El Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados, La Empresa Nacional de Energía Eléctrica. Además, se crearon nuevos códigos y leyes para modernizar el estado y que satisficieran las necesidades del pueblo hondureño entre ellos el Código del Trabajo de Honduras de 1959.

El 29 de abril de 1954 inicia la huelga más grande que Honduras ha visto en su historia. Y porque no decir, que la gran huelga de 1954 fue, junto a las movilizaciones contra el golpe de Estado perpetrado por el ejército y Roberto Michelleti, los dos acontecimientos más importantes registrados por la lucha de clases en Honduras durante los últimos cien años. Esta gesta de los trabajadores bananeros no solo representa la lucha reivindicativa del sector más explotado de un país, sino la lucha en contra de la explotación trasnacional imperialista en nuestra gran patria Centroamericana.
Desde inicios de ese año la CIA planifica un golpe de Estado contra el presidente de Guatemala Jacobo Arbenz, para llevar a cabo sus planes la CIA necesitaba de la colaboración del gobierno hondureño que prestaría todo el apoyo posible a la invasión contra el gobierno de Guatemala.




En ese marco nacional y regional y a medida que avanzaba el año de 1954 las relaciones entre las compañías bananeras y trabajadores sulfuraban poco a poco. Por toda la costa norte los aires que exigían aumento salarial se encontraban con el calor de la explotación. Desde algunos años atrás se difundía en la zona bananera la propaganda de los periódicos Voz Obrera y Vanguardia Revolucionaria editada por el Partido Democrático Revolucionario Hondureño. La propaganda de izquierda lograba distribuir 7,000 periódicos semanales. En estos se llamaba a organizar sindicatos, se exigían jornadas laborales de 8 horas, seguridad social y pago doble de días festivos. Como es de suponer el trabajo estructural era clandestino, en términos de la época se hacía trabajo de hormiga.


Durante la huelga de 1954 los trabajadores y trabajadoras de todo el país tomaron las bananeras durante 69 días, paralizando la economía nacional y afectando la internacional.


La movilización no esperó mucho, en la mañana del 1ro de mayo los trabajadores salieron a desfilar para congregarse en el parque Ramón Rosa donde se pronunciaron los más acalorados discursos. Fue en ese mitin que se leyó la declaratoria de huelga de los trabajadores. La suerte estaba echada. Al igual que el calor del Caribe les da fuerza a los huracanes, así el calor del primero de mayo inició el vendaval, poco a poco otros sectores se van sumando a la huelga de los trabajadores bananeros. El 5 de mayo la tormenta llegaba al otro monopolio bananero, la Standart Fruit Company en donde los trabajadores se suman al paro general plegándose a las demandas de los huelguistas. Para Julio los paros se habían propagado por toda la Costa norte hondureña en fábricas, aserraderos, ingenios de azúcar y minas. Desde 7 de mayo los estudiantes de la Federación de Estudiantes Universitarios de Honduras (FEUH) se habían adherido a la huelga y trabajan en solidaridad a la misma.


El 17 de mayo se constituye el COMITÉ CENTRAL DE HUELGA que se encargarían de coordinar alrededor de 35,000 trabajadores con representantes de distintos distritos bananeros: Tela, Cortes, El Progreso, La Lima y Batán. En el caso de la cuidad de Progreso se creó el fenómeno pre embrionario de poder dual, es decir que se formaron comités de apoyo, de vigilancia, es decir, los trabajadores gobernaban la localidad.
A pesar del gran movimiento que significó la huelga bananera, la falta de una dirección consecuente fue mermando la lucha de los trabajadores. En la Lima la intervención de la compañía y el gobierno, favoreció que quedase electo el maestro Manuel de Jesús Valencia, dirigente de formación anticomunista. En La Ceiba la compañía logró un acuerdo separado con los trabajadores que se reincorporaron al trabajo. Siendo el Progreso el pico más álgido en lucha, la compañía y el gobierno combinaron represión con negociación para debilitar y derrotar la huelga. Para el 9 de Julio los trabajadores acosados por la traición, represión agotamiento terminan firmando un acta que no cumplía con las exigencias de los trabajadores bananeros.

Las consecuencias de la huelga no fueron inmediatas, pero la huelga demostró la fortaleza de los trabajadores bananeros. La respuesta del régimen fue modificar la estructura de dominación por el temor de una revolución social organizada por la clase obrera. En 1956 el régimen da un nuevo golpe militar preventivo que termina flexibilizando la ley del Estado otorgando conquistas como el código del trabajo: “Fue, además, el punto de partida de la promulgación de leyes laborales y de seguridad social, así como de la creación del Ministerio de Trabajo.












A lo largo y ancho de las fincas
 bananeras se encontraban mensajes alusivos a la lucha obrera para alentar a los huelguistas y provocar el avance de su protesta.








Se paralizan los trabajadores de las fincas.

A la empresa le preocupó grandemente cuando los trabajadores de los distritos de Coyoles Central, Isletas y Gancho se unieron de inmediato a la huelga por cuanto representaba el mayor número de los empleados.
Ellos mismos constituyeron sus comités regionales de huelga, porque como se había paralizado el sistema ferroviario, los trabajadores del campo quedaron aislados. Nos separaban muchos kilómetros de distancia suspendiéndose también el sistema telefónico interno de la empresa por lo que no pudimos comunicarnos con ellos. De esta forma la empresa estuvo incomunicada con el área de producción. El Estado todavía no había instalado línea telefónica a esos sectores.


Un movimiento que hace historia.

Así se inicia un movimiento de huelga que hizo historia en el sector norte del país, uniéndose a este gran acontecimiento unos (60.000) sesenta mil trabajadores de La Ceiba, Tela, San Pedro Sula, El Progreso, La Lima, Batán, Puerto Cortés y Tegucigalpa.
Por primera vez el país alcanzó una conmoción social de gran magnitud que fue conocida internacional mente, por los medios de comunicación que la divulgaron con todo detalle a través de los reporteros y periodistas que llegaron al país de todas partes del mundo. Estos quedaron sorprendidos de la forma cómo los trabajadores habían logrado promover ésta gran huelga, especialmente llevada a cabo en las dos empresas bananeras, las que habían alcanzado un poder económico y político, dándose el lujo de quitar y poner presidentes en Honduras.
La huelga hizo que la empresa creara la oficina de personal en donde fuimos registrados y a través de ella se empezaron a canalizar las relaciones obrero patronales.
El tipo de trabajo mantenía en situaciones conflictivas a los trabajadores de las fincas bananeras; no les gustaba expresar sus sentimientos y sólo lo hacían cuando estaban alcoholizados, y a algunos ya ebrios, se les salía el otro “yo”, demostrando su machismo.
Una vez nuestro sindicato autorizó para que se realizara una fiesta en una finca con el propósito de recaudar fondos para beneficio de una subseccional. A las nueve de la noche se provocó una riña, pues varios trabajadores llegaron, del lugar denominado Sava, alcoholizados y dejaron escondidos sus machetes. Al llegar al lugar en donde expendían cervezas pudieron les vendieran unas, pero el encargado de la venta se las negó, lo que causó una discusión; al fin se las vendieron para no entrar en conflicto pero cuando terminaron de tomarse el líquido, tiraron las botellas y rompieron la lámpara de gas, lo que se provocó una riña. Fueron a buscar su machete; y todo quedó a oscuras, alumbrándose con los focos de mano de baterías. Al día siguiente, se dijo que a un trabajador le habían cercenado una mano por lo tanto nos dimos a la tarea de buscarla, y la encontramos en medio de la grama. A otro le desgajaron un glúteo a causa de una gran herida.

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